La prescripción de deudas es un tema que genera muchas dudas, especialmente entre quienes enfrentan cobranzas constantes por obligaciones antiguas. En términos simples, la prescripción es una figura legal que extingue el derecho del acreedor a exigir el pago de una deuda después de un determinado tiempo, siempre que no se haya interrumpido ese plazo mediante acciones judiciales u otros mecanismos.
📑 ¿Qué implica la prescripción?
Cuando una deuda prescribe, no desaparece, pero ya no puede ser exigida judicialmente. Es decir, si bien puede seguir apareciendo en registros o ser objeto de intentos de cobranza extrajudicial, el deudor tiene el derecho de oponerse en tribunales y solicitar la prescripción como defensa.
⏱ ¿Cuánto tiempo debe pasar?
El plazo de prescripción depende del tipo de deuda:
- Deudas bancarias o comerciales (cheques, letras, pagarés, tarjetas de crédito): 1 año desde el vencimiento del documento si es ejecutivo. Si se demanda por la vía ordinaria, el plazo puede extenderse hasta 5 años.
- Préstamos entre particulares: 5 años.
- Deudas por servicios básicos (agua, luz, gas): 5 años.
- Deudas previsionales o tributarias: tienen plazos especiales, regulados por normas específicas del SII o la Tesorería.
Es importante tener presente que el plazo puede reiniciarse si el deudor reconoce la deuda, realiza un abono o firma algún documento que implique aceptación de la obligación pendiente.
💸 ¿Qué puedo hacer si me están cobrando una deuda antigua?
Lo primero es no ignorar la situación. Aunque una deuda parezca prescrita, solo un tribunal puede declarar formalmente su extinción. Por ello, es clave contar con asesoría legal para:
- Analizar la documentación y los plazos.
- Determinar si la deuda efectivamente ha prescrito.
- Presentar una oposición judicial, si corresponde.
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